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¡Los jugadores han escapado del acecho de los zombis de hoy en día sólo para encontrarse transportados en el tiempo y enfrentarse a un nuevo conjunto de problemas!

El juego es bastante sencillo. Los jugadores comienzan en el pozo y su objetivo es matar esqueletos o recoger el Necronomicón del cementerio y regresar con él al altar.

Los jugadores comienzan cogiendo una loseta y colocándola en el tablero donde quepa. Luego colocan una serie de esqueletos y aldeanos como se muestra en dicha loseta. Luego tiran un dado de seis lados para el movimiento. El movimiento es ortogonal y se limita a las fichas actualmente en juego. Si te encuentras con un aldeano puedes recogerlo; los esqueletos que encuentres deben ser superados. Al final de tu turno, vuelves a tirar el dado para mover tantos esqueletos un espacio cada uno.

Los jugadores pueden recoger hasta cinco aldeanos que pueden ser sacrificados si pierden una pelea. El combate es simple: entra en un cuadrado con un esqueleto y lanza el dado: con un valor de cuatro o superior, ganas. Si la tirada es inferior a cuatro, puedes sacrificar a un aldeano o pagar esqueletos para llegar a cuatro o superior.

Algunas de las cartas también requieren que se usen colores específicos de esqueletos para alimentarlos y muchos requieren que mates esqueletos para jugarlos. Una vez que un jugador llega al cementerio y consigue el Necronomicón, los otros jugadores pueden atacarlo durante sus turnos para tratar de robárselo.

La partida termina cuando alguien lleva el Necronomicón a la loseta central del altar o recoge esqueletos por valor de veinticinco puntos.