Cada nave espacial tiene una voz; una melodía de maquinaria y subsistemas que su tripulación aprende íntimamente durante los viajes largos. El problema es que, desde la última misión, nuestra nave suena "incorrecta". Hay algo asqueroso en la forma en que nos habla. Murmullos apenas audibles. Susurros extraños que ninguna máquina podría hacer. Los pasillos oscuros y los vastos pasillos casi parecen cantar.
Algunos de nosotros hemos intentado localizar las fuentes de estas interferencias, pero siempre parecían estar dos pasos por delante. Acechados por su presencia interminable, pronto comenzamos a agrietarnos. Nuestro ingeniero se ha cortado algunas palabras en la carne. Cuando le preguntamos por qué, respondió: "Los secretos incandescentes deben estar escritos con sangre".
Luego, nuestra navegante salió a realizar un paseo espacial sin su traje. Cuando la detuvimos, toda su cara congelada y agrietada sonrió de una manera que nunca podré olvidar.
Ahora, se puso aún peor. Los ruidos se convirtieron en voces, compartiendo historias de masacre y terror. Ya no huyen de nosotros. Nos rodean y nos conducen a través del barco hacia algún oscuro propósito. Necesito entenderlos antes de que sea demasiado tarde.
Puse mi mano en la empuñadura de pistola, mirando las espaldas de mis dos últimos miembros de la tripulación. Veo misterios oscuros arremolinándose bajo sus cráneos. Solo se necesitarían dos agujeros de bala para liberarlos...
