Juego esta carta de evento, para jugar esta carta... no tengo espacio. Esta carta es, que una vez jugada sobre la mesa, después de que el jugador de la sombra robe una loseta de búsqueda puede robar una segunda loseta, aplica los efectos de la segunda loseta, en lugar de los de la primera; a continuación devuelve la primera loseta a la reserva de búsqueda.
Bien, creo que voy a hacer algo... y va a ser... Bueno, paso, paso, te toca a ti. Vale, pues yo voy a reclutar. Uno ahí y... uno de estos aquí. Vale, yo voy a usar este resultado de voluntad del oeste para avanzar la comunidad, ahora sí que me arriesgo un poco: tiras tres dados y cinco y seis. Pues robas loseta. ¿No tenías por ahí uno para las losetas?
Voy a reclutar un águila... vale... en el nido de águilas. Te toca. Pues yo voy a reclutar aquí y allí. Vale, me toca. Voy a robar una carta. Vale. No, esta no, ni la he visto... bueno no, ya que la he cogido sí. Tres, cuatro, cinco, seis, siete... claro, me tengo que descartar de una... pues mira, la misma que he cogido me voy a descartar, ya está, qué más me da...
Ésta misma, ésta está muy bien. Uso este resultado de bola para jugar esta carta: viento del oeste. Descarta una carta de evento de la sombra, cualquiera de la mesa... Esa que tienes ahí, ¿no? Sí. Si no hay ninguna carta de evento de la sombra sobre la mesa, pues podría mirarte tus cartas de la mano y te descarto una, la que yo quiera... pero por prioridad tiene que ser esa.
Puedo usar éste para reclutar... así que, ¡aquí! Yo no tengo dados. Y la última... pues robo una carta. Sí, recuperamos todos; tú pones un dado ahí. Pues voy a declarar la comunidad, que está aquí en cinco y se baja cinco casillas. Se puede declarar tanto oculta como descubierta. ¿Asignas dados? Eh... ¡uno! Vale puedes asignar tantos como compañeros tengas ahí.
Tiro tres dados. Vale. Perdón, perdón, ¡tiro uno! Porque éstos no pueden atacar. Nada tampoco. Pero repito por éste. Es que está en la ciudad, tengo que impactar porque está en la ciudad; pero tiro el del águila. Yo sigo atacando. Nada, luego repito. Un seis, ése sí. Y ahora tengo que tirar por el águila. Le está costando, ¡le está costando!
En esta ocasión vamos a jugar a un juego muy poco conocido. El funcionamiento se me antoja una variante del "Monopoly" simplificado, ya que una vez por vuelta (o más si tienes suerte con las cartas) pasas por Gringotts y cobras. En este juego no hay que comprar casas, pero sí material escolar y aquí llega la diferencia ¡no, no vas a cobrar al resto de jugadores por caer en el material escolar!
A lo largo de la partida los jugadores (tengan el objetivo que tengan) tendrán un nivel de estamina propio a su personaje, lo que traducido al mundano no es otra cosa que puntos de acción. Es cierto que hay cosas que no requieren de ellos, pero lo que realmente importa sí: mover, atacar, explorar... Iremos sufriendo ataques que pueden hacer mucho más que fastidiar.
Conforme nos vayamos desplazando por los distintos edificios, podremos ir explorándolos y consiguiente botiquines y otros elementos que nos serán de utilidad. Ojo, porque sólo podremos transportar aquellos con los que realmente nuestro personaje pueda cargar. Si excede su espacio de carga... por mucho que lo quieras, tendrás que abandonarlo.
Fase uno, lo primero es coger los dados... seis, cinco y dos cartas. ¡A ver qué toca, a ver qué toca! Fase dos, tú eras la de activar los personajes, los generales. Voy a activar... vamos a ver: a éste... mmm... a éste y a éste. Por cada ficha coges de liderazgo y la pones en sitios distintos. Por lo tanto, éste no se puede poner otros. Y fase tres, destino.
Bueno, ¿yo cuántos dados cojo? Cinco dados blancos, porque hay cinco unidades. Y para que la gente entienda por qué cambio dados blancos por dados negros por usar una carta de guardia, ¿no? Por lo tanto lanzo tres dados negros y dos dados blancos. ¡Venga, mis tiradas! A ver, a ver... cinco y séis. La habilidad se activa porque el dado negro ha salido exitoso.
Vale. A ver... esto para aquí. Pues yo no puedo hacer nada. Pues yo voy a intentar hacerlo aquí... voy a atacar aquí. Vale. No, no, espera no; voy a cambiar. Uso este dado como ejército para mover hasta dos ejércitos. Muevo éste aquí. ¿Qué ha pasado? Perdona, esto se tenía que haber muerto. De todas formas... no podía ser, no lo repartí bien.
Vamos a disparar. Sí, llega. Pues yo creo que vamos a disparar para allá. Esto llega, sí, justo... Llega perfecto. Mejora vamos a coger la de Gandalf; que esto era, tira tres dados... y consigue un acierto con cada resultado de cuatro o más, porque está concentrado, ¿no? Vale. ¿Cuántos dados? Tres, tres dados, ¿no? Sí, tres dados.
Son los enanos y los hombres, los que no puedes. Los elfos sí... los elfos no hay problema. Tú no puedes usar las cartas de maniobra de enanos y hombres contra el orco. Elfos sí. Pues... vamos a usar... Vamos a usar éste. Yo ataco a cinco y seis, igual que tú. Yo tiro cuatro, lo que pasa es que los elfos son tres... quito tres blancos... Uno, dos,...
Vale, pues yo voy a utilizar esta habilidad, de colocar una ficha de reclutamiento de elfos. Y voy a usar... voy usar la ficha de personaje, la acción de personaje para la carta ésta: retira hasta dos indicadores de daño de uno de tus ejércitos con liderazgo. Pues, vamos a retirarlo de aquí... y quito dos, ¿no? Sin tirar ni nada. Me toca: uso la bandera ésta.
Si el personaje sale de la casa antes de que el detective llegue, ese jugador habrá ganado. Sin embargo, en caso de que muera en manos de una de las maquiavélicas trampas... se devuelve a la caja y se retira su carta del marco para ponerla en el sofá junto con la de la vieja. Al igual que antes, una nueva carta quedará descubierta en el marco.
¿Habéis probado alguna vez a jugar a oscuras? ¡Que pregunta más extraña para un sitio en el que se comentan juegos de mesa! ¿Verdad? Pues ese es el reto al que os vais a enfrentar con este juego. Me consta que no es un juego habitual y que, por el aspecto, muchos vais a pensar que es una tontería... Yo lo pensaba con temor hasta que lo jugué.
Te adentras en el campo de batalla con un implacable ejército formado por infantería, caballeros y arqueros. Planea cómo colocar a tus tropas y descubre cuál es la mejor estrategia... Estamos ante un juego en el que al igual que en la vida real, el azar tiene cabida... pero lo puedes minimizar aportando estrategia. Después de todo... siempre hay unidades que son más efectivas contra otras.
Los componentes de este juego hablan por sí solos. Vamos, si alguna vez habéis tenido en las manos un Lego... pues es exactamente eso. ¿El juego? Debo admitir que me había hypeado un poco. ¿Y esto a qué viene? Pues a que lo jugué a dos personas y resulta aburridete (a mi edad). Aun así os lo sigo aconsejando porque a cuatro personas es bestial.
El poderoso Minotauro, una criatura mítica, protege el templo secreto ubicado en lo más profundo del laberinto. Sé el primero en llevar a tus héroes hasta el templo eludiendo al Minotauro y colocando muros con astucia para obstaculizar a tus oponentes. Aquí estamos, listos para hacer nuestra entrada triunfal en ese misterioso laberinto. Pero... ¿cómo lograremos salir victoriosos?
Un juego distinto al que me esperaba. Una versión que cambia de forma tan radical el juego, que hace que incluso la duración deje de ser infinita para poder terminarla en unas dos horitas. Aquí es cuando se os deberían poner los ojos como platos y desencajar la mandíbula hasta rozar el suelo porque... ¿Qué carajos han hecho para lograr ese cambio tan radical en un juego como este?
Además de cambios bastante importantes en el reglamento, han incorporado un cambio de estética alucinante. Si antes teníamos un gran espacio "perdido" en el centro del tablero, ahora lo que tenemos es una gran ciudad... bueno... más bien eso dependerá de vosotros los jugadores... ¿Vamos a ello?
Esta edición de lujo nos llega dentro de una lata en la que, si bien el arte es muy llamativo, aún lo es más su curiosa forma. Dentro trae un inserto que a la hora de jugar nos facilitará enormemente la preparación de las partidas, pero que (todo hay que decirlo), para guardar las cosillas da un poco de pereza.
Recorre el tablero comprando distritos y construyendo una metrópolis. Cada distrito de la parte central del tablero se corresponde con un grupo de casillas. Si caes en un distrito sin propietario... ¡Cómpralo o subástalo! Después de desplegar el tablero y asignar una ficha a cada jugador, se le da el dinero inicial, se colocan las cartas de distrito en el inserto y las de suerte en el tablero listas para ser cogidas.