Mi primer día de trabajo, el sueño de mi vida, el doctor vino a vendernos un ventilador gigante. Cuando lo activó, se me cayeron los pantalones delante de todas las compañeras. Sólo por eso merece morir, una vez más. El día que logré quedar con Mary, el doctor le regaló una pildora de la felicidad. Estuvo llorando toda la noche, y nunca más quiso saber nada de mí.
¡Te hace sentir poco menos que en un cuento de hadas! El tablero no destaca por su alta calidad, pero es más que aceptable; Sin embargo, eso lo suple con creces por la estética, por el colorido, por los dibujos. Es precioso. También hay bastante madera en forma de cubitos y de meeples, con colores también bonitos. Los meeples llevan una pegatina transparente con los números que indican a la generación a a la que pertenecen.
Siempre te queda la sensación de que cambiarías esta o aquella cosa... Pero ya no hay vuelta atrás, eres lo que has venido formando durante años, y estás formado no sólo de lo que has ido consiguiendo, sino que eres también gracias a tus errores. Por eso no me queda sino estar orgulloso de haber llegado hasta aquí.
Intentaremos conquistar el corazón de la princesa con el poco loable objetivo de mejorar nuestro poder y riqueza. Para ello, contactaremos con distintos personajes de la corte real, que nos ayudarán a entregar a la princesa una carta de amor. Una vez que la princesa haya recibido suficiente cartas de amor, su corazón quedará entregado...
En la edición que nosotros tenemos sólo vienen las cartas y el manual. Las cartas son de calidad estándar-buena, con un toque plastificado al tacto, y aunque no necesitarían teóricamente funda, recomendamos aún así enfundarlas, ya que el más mínimo desperfecto puede ocasionar que reconozcas alguna carta, quitándole toda la gracia al juego. ¿Cuántas cartas hay? ¿Sesenta? ¿Ciento cincuenta? ¿Doscientas? Pues nada de eso amigos, estamos ante un juego ¡de dieciséis cartas!
Los componentes son buenos, el cartón se destroquela normal (con cuidado y buena letra), y la caja se adapta perfectamente a ellos; compacta y sin aire en exceso, no se le puede pedir mucho más. Destacan los planetas, de troquel grueso, aunque también hay cartas y algunos cubitos, y por supuesto, el contador de dinero (puntos de victoria).
Puff, Sybil, ¿como puedo leerle esta porquería al pequeño Sam? ¡Menos mal que ya se durmió! Permitidme que me presente: soy el Comandante Vimes, de la guardia de Ankh-Morpork. La situación en esta ciudad está verdaderamente mal: nuestro presidente electo, Lord Vetinari, ha desaparecido. Digo presidente electo, pero nuestra democracia es particular: un hombre, un voto, en el sentido más literal, el único voto es el de Lord Vetinari.
Los componentes de este juego son de alta calidad, ¡sin duda alguna! Las piezas de madera son resistentes, identificables y agradables a la vista, excepto quizá los trolls, que cuesta identificar como tales por la forma (que no por el color). Los marcadores de problema son discos negros, redondos, como los que hay presentes en muchos otros juegos.
Los componentes del juego desde luego que son uno de sus puntos fuertes. El diseño de la caja es bonito, aunque por dentro solo hay cartón: un compartimento, un par de bolsas zip, y todo al mogollón. ¿Y qué nos encontramos dentro? Nos encontramos con bastantes tokens de calidad, que se destroquelan bien, coloridos y bonitos (objetivos, ferormonas, insectos,...).
En el reino, las hormigas han decidido parar sus innumerables combates y decidir la suerte de las distintas familias a una batalla final; nosotros, como jugadores, tomamos el papel de un hormiguero que lucha contra otros (hasta cuatro por partida), por hacerse con el control de un jardín, con hongos, agua y otros insectos.
Dicen que el infierno es un lugar muy caliente, ¡pero quienes dicen eso no tienen ni idea! ¡El verdadero dolor viene del frío! Se mete en tus huesos, te cala, te congela, y después, te mata; con dolor, con saña. Escribo estas líneas mientras buscamos algo para mantenernos vivos. Escribo estas líneas porque si nos mantenemos vivos, quiero mantenerme cuerdo también.
Empezamos por la caja, que nos parece buena, y además la ilustración y el colorido te hacen meterte en la temática totalmente, es muy bonita. Pequeñita y manejable. Sin embargo, al abrirla te encuentras que no hay compartimento ninguno, y tenemos por un lado la bolsita con las cartas y por otro los cartones para destroquelar. Tanto una cosa como otra podría haber estado más cuidada.
La temática del juego ya se intuye por el título. Se trata de un encierro, dividido en cuatro carreras o tramos del recorrido, en el que tendremos que controlar tanto a nuestro corredor, como a un toro y novillo de nuestra ganadería. Gana el juego quien más puntos haya conseguido al final de las cuatro carreras. En cada una, lo primero será colocar los novillos, los toros y los corredores.
Los componentes son preciosos, y además, de muy buena calidad. Ya solo la caja destaca por su peso y solidez; al tenerla entre las manos uno siente el peso de la calidad. De tamaño intermedio, se hace querer en las estanterías. El interior trae compartimentos para los componentes, y una bolsa zip para tener los hexágonos en la zona central; está muy bien y no da excesiva sensación de aire.
La clave de la pintura está en el manejo del color... Sólo con los colores adecuados podrás hacer hablar la estampa. Por ello, lo primero es vislumbar qué se quiere transmitir, para dejar fluir la luz. Cada cuadro que quiero imitar necesita unos colores, y dependiendo de la dificultad de la hazaña de que vuelva a ser pintado, tendrá mayor o menor valor en mi galería.
Un juego en el que tendremos que ir moviendo nuestro personaje (en base a tiradas de dados) por distintas casillas de un tablero que representa el mundo de juego. Este tablero tiene distintas casillas, donde nos enfrentaremos a peligrosos enemigos y a no menos peligrosos jugadores; al resolver esos encuentros, ganaremos recompensas e incrementaremos nuestras habilidades.
Hemos querido analizarlo un poco, leer las instrucciones e investigar comentarios y opiniones de gente que ya lo haya probado. Por ello, el objetivo de esta entrada es desmenuzar y dar a conocer, aunque sea desde la ignorancia, este juego que, curiosamente, no lleva dados. Estamos ante un juego de mayorías, en el que disponemos de cartas y edifcios.
Uno de los mayores cambios es que en esta nueva edición se ha reducido el tamaño de la caja... ¡la mitad de la caja original! Algo muy de agradecer en nuestras siempre saturadas estanterías. Pero esto no tiene que asustar, porque ¡el juego seguirá ocupando el mismo espacio en la mesa!, y según anuncian, el número de componentes no va a cambiar.
Con un coche se va recorriendo la ciudad, desde el puerto y hacia el puerto, siempre por el mismo camino. En cada turno se avanza un espacio, pero los jugadores con dinero pueden mover el vehículo las casillas que quieran, para así visitar a unas personas u otras según qué recursos necesiten. Además, estos cubanitos que están al borde del camino esperando desesperadamente una visita son tan agradecidos, que te permiten visitar los edificios de la ciudad de su color asignado.
Es muy curioso, y digno de mención, que es uno de los pocos casos que conocemos en los que la editorial se ha lanzado a hacer las ediciones en muchos idiomas del mismo juego. Hay casos en los que se hace una única edición que incluye las relgas y componentes en varios idiomas, y en algún caso una compañía lanza la edición de un eurogame o similar en varios idiomas distintos.
Somos los que vamos a ser quemados, atados, golpeados y pasados por la espada. Éste es el juramento del gladiador. Esto es lo que somos. Los hijos de Némesis, aquellos a los que la justicia de los hombres ha condenado a luchar hasta la muerte en el foso, y en coliseo. Cuando morimos, cumplimos nuestra pena. Cuando matamos, somos el brazo de la ciega justicia.
El tema del juego (que está pegado) es el mercadeo de piedras preciosas. Nos convertimos en mercaderes del Renacimiento que utilizan su riqueza para adquirir minas, métodos de transporte y artesanos que permitirán transformar bastas piedras en magníficas piezas de joyería. El principal componente del juego son las cartas.
El bambú es muy bonito, y tiene incluso un pequeño dibujo que al creciendo uno sobre otro y hacer que coincida queda muy simpático. También son bonitas las parcelas, diseñadas a modo de hexágonos, y las figuras del jardinero y del oso panda, que vienen ya pintadas. Quizá lo único que se puede criticar es que los marcadores de acciones no son fáciles de distinguir uno de otro.
Hola, soy el jardinero imperial. Normalmente, eso significa cuidar de algunos bonsais; pero desde que nuestro amado emperador firmó la paz con el imperio continental, tengo que cuidar de un oso panda que ha regalado el señor de China a nuestro emperador. El problema es que mi Señor, no satisfecho con mi trabajo, nos hace competir a distintos jardineros, a ver quién lo hace mejor.