Una cadena de hamburguesas compite contra otra de pizzas por ser la más exitosa en el mundo de la comida rápida. No importa el idioma ya que no tiene más texto que las reglas. Mecánica sencilla, con ejemplos, y partidas de una media hora. Para dos jugadores, a partir de diez años.
Tiempo ha, allá por los años 70, Gary Gygax y Dave Arneson decidieron darle un poquito más de chispa a sus partidas de juegos de guerra con miniaturas, cambiando la ambientación histórica por un batiburrillo de fantasía y reduciendo la escala de manera que cada jugador, en lugar de todo un ejército, controlaba únicamente a un personaje.
La II Guerra Mundial todavía se está desarrollando. Tras ocho años de guerra, los bandos han pasado a ser tres: Aliados, Eje y Unión Sinosoviética. Tras el misterioso hallazgo del novedoso mineral VK, los conflictos se han centrado sobre todo en el control del mismo. Este nuevo mineral ha permitido los avances tecnológicos necesarios para desarrollar todo tipo de armas y vehículos.
Somos dos arqueólogos en la selva de Centroamérica, ante las ruinas de las pirámides del Jaguar, enfrentados por la forma de reconstruirlas. Competiremos por hacerlo antes que nuestro rival, siguiendo el método de construcción más fiel al original. A excepción de las reglas, no hay ningún texto dentro del juego.
Para mí es el típico juego que, una vez palpados los componentes, piensas "debe valer X", y después te sorprendes gratamente al comprobar que vale unos cuantos euros menos. Volviendo a los componentes: un tablero rectangular; moneditas de cartón, cinco dados de colores, los carismáticos camellos,... Aunque el componente estrella del juego no es otro que el de la pirámide.
A estas alturas no voy a sorprender a nadie si digo que es muy difícil que un juego de escuela europea me atraiga: a mí eso de mover cubitos de un lado a otro y hacer cálculos en silencio no me va demasiado. Sin embargo, hay cosas que me pueden llamar a jugar un juego de este estilo: si el tema me parece interesante, eso ya es un punto a favor.
El tablero está dividido en provincias y debemos dominarlas situando en ellas más seguidores nuestros que los demás. Pero en realidad solo nos interesarán tres provincias, las que resulten más influyentes, que son las que nos otorgarán fichas de puntuación al final del turno. Claro, el nivel de influencia de cada provincia irá variando durante la partida.
Un sencillo juego de cartas con mecánicas de subasta y construcción de edificios. En él encarnamos a un lanista de la antigua Roma que competirá con sus rivales para ver cuáles de sus gladiadores alcanzan la gloria en la arena. El objetivo principal del juego es llegar a un número determinado de puntos de gloria antes que nuestros rivales, gloria que ganaremos al resultar vencedores nuestros gladiadores.
Se convierte en un magnifico juego para toda la familia. De pequeño recuerdos largas horas jugando con mi hermano a buscar parejas en una cuadricula de veinte por veinte, creerme que por esa epoca hubiese matado por tener este juego en mis manos, porque me lo habría pasado genial. Una de las virtudes de este juego son sus modos de juego.
No tenía muchas expectativas respecto de este juego, quizá por eso mismo resultó toda una sorpresa. Los que hayáis visto la película Ratatouille, de Pixar, recordaréis el momento de regresión a la infancia del avinagrado crítico gastronómico en su visita al restaurante. Pues algo así me ha pasado a mi al probar este juego.
Éste es un juego de tablero y cartas para dos a cuatro jugadores en el que nos tocará representar uno de los oportunistas, que aprovechan la ausencia del patricio para intentar quitarle el puesto. Para cumplir con estos objetivos, tendremos una mano de cartas que iremos reponiendo.
¿Quién no ha jugado alguna vez a Hombre-Lobo y sus múltiples variantes? Es el juego de roles ocultos por excelencia, y por un motivo: es muy sencillo de explicar, puede jugar un número muy grande de personas al mismo tiempo y, sobre todo, no hace falta gastarse un porrón de dinero para jugar, sino que con una baraja de cartas francesa o española, o incluso con papel y lápiz, ya puedes estar organizando linchamientos y temiendo asesinatos nocturnos.
Zombis, zombis por todas partes, y ni una gota para beber. O algo así decía el poema. La cuestión es que de un tiempo a esta parte estamos agobiados por juego de zombis tras juego de zombis, hasta el punto que uno empieza a añorar los viejos tiempos en los que podías encontrar juegos con Cthulhu o con comerciantes alemanes renacentistas. Eso no quita que un juego de zombis no pueda ser bueno, claro.
Siempre tengo un huequecito en el corazón para los juegos cooperativos como "Zombicide" o "Pandemic", quizá porque me recuerdan a los tiempos en los que los amiguetes nos alquilábamos un juego y le dedicábamos un fin de semana a encerrarnos en la habitación con la consola y pasárnoslo. Esa sensación de "nosotros contra los malos" me encantaba, y me sigue encantando ahora.
El juego resulta atractivo por su llamativa mecánica de juego y su sencillez, que no debe hacernos creer que nos enfrentamos a una tarea fácil. Como juego cooperativo que es, deberemos coordinar bien nuestros esfuerzos y habilidades con las de los demás jugadores para hacernos con la victoria.
Los juegos de roles ocultos, no es ningún secreto, me encantan. La mezcla entre faroleo, deducción e interacción social que ofrecen es única, y forman uno de los pocos tipos de juegos en los que todo el mundo está jugando todo el tiempo, en lugar de simplemente esperar a que les llegue el turno. ¿Cómo funciona este juego?
Tenemos unas reglas que se explican en cinco minutos y su complejidad lo hacen apto para absolutamente todos los públicos. Básicamente el juego está compuesto por una serie de cartas de objetivos, estas cartas tienen varios iconos, iconos que están representados por tokens, que se introducen en una bolsa, que se repiten más que otros, por lo que la posibilidad de extraerlos de la bolsa es mayor.
Disputaremos la final del Campeonato Infantil, que enfrenta al Muppet contra en Newteam. Es un juego para dos jugadores, en el que cada uno de ellos, por turnos, usará una serie de puntos de movimiento para mover a los jugadores de su equipo, que intentará distribuir para crear jugadas que acaben en gol.
Las reglas de este juego difícilmente podrían ser más sencillas: se juega con una baraja de ciento cuatro cartas numeradas, cada una de las cuales tiene además de una a siete cabezas de toro dibujadas. Cada jugador tiene diez de ellas, y cuatro más se colocan sobre la mesa. En cada turno, todo el mundo escoge una carta de su mano y se muestran a la vez, colocándose tras una de las cuatro filas.
Hey, ¿qué tal? Que hemos quedado el viernes para cenar en casa de éstos. Te apuntas, ¿verdad? Guay. Oye, ¿te traes un juego de esos de los tuyos y así nos enseñas? Genial. Venga, nos vemos el viernes entonces. ¡Chao! ¿Y ahora qué? Éste es un momento que muchos aficionados a los juegos de mesa ansían tanto como temen, como cuando el jugador estrella del equipo de fútbol del cole se hace daño en la rodilla y sacan al utillero al campo.
Perdona, ¿tienes un momentito para dedicarlo a la dominación mundial? No es mucho, de verdad: ocho minutitos. Bueno, tal vez quince, pero ya está. Conquistamos el mundo y nos tomamos otra, ¿qué te cuesta? Desde la aparición de "Risk", los diseñadores de juegos se han vuelto locos buscando un sustituto que nos diera toda la emoción de luchar por conquistar el mundo.
Cada jugador representa a una familia con multitud de miembros repartidos por el continente (cubitos), y nuestro objetivo es intentar salvar de la plaga a tantos familiares como podamos, porque ganará la partida el jugador que al final tenga la mayor cantidad de cubitos supervivientes. En su turno cada jugador debe poner cubitos en una región, extender la plaga y mover un peón que desencadena la epidemia.
Es un juego de agudeza visual y habilidad, tipo Tetris pero en tres dimensiones: encajar piezas de madera en el espacio disponible de un camión que elegimos tras un rápido vistazo. Si lo hacemos bien ganaremos dinero, y si no lo perderemos. Cada turno todos los jugadores tiran cinco dados especiales que les indican las mercancías a cargar (prismas en varios tamaños).
Qué malo es eso que llaman "hype". Oyes un nombre por aquí, lees una reseña por allá, ves una partida por encima y, cuando te quieres dar cuenta, ya has hecho el pedido y esperando con ilusión un juego sin haberlo tocado siquiera. Bueno, pensé, al menos me ha salido barato y, si no me gusta, siempre lo podré colocar por ahí. Lo malo es que sí me ha gustado, y a ver ahora qué hago.