En la adulterada corte de una ciudad-estado italiana, representamos el papel de una influyente familia que tendrá que emplear sus peores artes (desde el engaño al asesinato) para eliminar al resto de familias y mantener nuestra influencia. Cada jugador recibe dos cartas de personaje (de los cinco posibles) que le permiten, cuando le toque, realizar sus acciones o bloqueos correspondientes.
En un circo lo importante es el dinero, especialmente el sagrado dinero que se usa para pagar a los magos. O bueno, aparte de magos, también hay otros artistas: los malabaristas, los acróbatas, los domadores y los forzudos. En total, cinco categorías, pero bueno, casi podíamos decir magos y no magos. ¡A ver si un malabarista hace aparecer una paloma de la nada!
¿Los componentes del juego? De bastante buena calidad. Un tablero rectangular de buen grosor, losetas muy correctas, cubos de madera, cartas tamaño mini euro adecuadamente ilustradas y billetes para el dinero, que sin duda son lo peorcillo de la edición, al ser un poquillo frágiles. Aunque como podéis ver, no es un juego de colores vivos.
Para comenzar la partida lo primero será decidir el Mastermind, Scheme, grupos de villanos y el mazo de héroes. El Mastermind, es el cerebro detrás de todo, el malo malísimo, el culpable de todas las desgracias que azotan a la ciudad, es al que tendremos que derrotar para ganar la partida.
Targi es un juego pequeño que ya ha tenido ediciones en varios idiomas. El juego tiene una fuerte dependencia con el idioma, y a no ser que se quiera estar todo el rato mirando alguna chuleta o tradumaquetar las cartas, recomendamos hacerse con la edición en castellano si se está interesado en el juego.
Como veis, este juego tiene bastante solera. De hecho, el juego salio por primera vez con otro títutlo, aunque poco después se le adaptaría el tema y el título al que hoy nos toca. En cuanto a la estética de las cartas, se ha dicho de todo la verdad. Para mi gusto, son algo sobrias, pero no son desacertadas. ¿Que podrían haber sido más bonitas? Por supuesto, no lo dudo.
Un juego de mesa de cartas de dos a seis jugadores creado por Rikki Tahta. Ambientado en una cuidad-estado italiana y dirigida por un tribunal débil y corrupto, tu familia tendrá que llegar al poder mediante la manipulación, el engaño, el soborno o incluso... el asesinato. Sólo una familia sobrevivirá...
Somos agricultores en Mallorca, compitiendo por cosechar y repartir la mayor cantidad posible de nuestros frutos (limones, naranjas, higos,...) a las haciendas de los pueblos de la isla. Reglas sencillas y muy bien explicadas, con ejemplos. Se aprende y se juega fácilmente con cualquiera y en dos partidas se controla el abastecimiento del molino y cómo mejorar la puntuación.
Continúa la historia de Pilares de la Tierra y la construcción de la torre de la catedral para convertirse en el edificio más alto de Inglaterra. Los jugadores deberán cumplir con sus obligaciones y conseguir construir los diferentes proyectos de construcción, como curar a los enfermos para poder ganar puntos de victoria y ganar la partida.
Estamos ante un juego de colocación de trabajadores cuya novedad principal es el motor de cartas que usa para ello. Cada jugador dispone de un juego de ocho cartas de cortesano, iguales para todos, que se usan para colocar los quecos en el tablero, de manera que jugarás una o dos cartas dependiendo del edificio y espacio que quieras ocupar.
No hay tema, simplemente las cartas representan cosas como chocolate y leche y puede haber una meta que sea leche con chocolate. El juego se define a sí mismo como "El juego de reglas cambiantes" y eso es lo que ofrece: un juego de cartas en el que todo puede cambiar con sólo una carta.
De los estrenos más sonados de Feld parece que, al menos desde el punto de vista de componentes, es uno de sus proyectos más ambiciosos: caja enorme, mucho troquel, diseño bonito y a falta de dados... ¡una cube-tower! Y es esto último lo que marcará la principal mecánica del juego, ya que cada turno, se irán echando de modo sucesivo los cubitos de un color a la torre.
Los componentes son buenos, el cartón se destroquela normal (con cuidado y buena letra), y la caja se adapta perfectamente a ellos; compacta y sin aire en exceso, no se le puede pedir mucho más. Destacan los planetas, de troquel grueso, aunque también hay cartas y algunos cubitos, y por supuesto, el contador de dinero (puntos de victoria).
Somos "agentes comerciales" en Santiago, la segunda ciudad más grande de Cuba. Competiremos, recurriendo a nuestros contactos en la isla e incluso a sobornos, por colocar nuestras mercancías en los buques de carga, aprovechando nuestras oportunidades. Cuantos más jugadores, es más difícil planificar tus acciones pues hay menos control del coche.
El diluvio está comenzando y, para ayudar a Noé, debemos llevar a los animales al Arca usando los transbordadores disponibles, teniendo en cuenta que éstos tienen un límite de peso para cargar. Multilenguaje, incluyendo el castellano. Pero no importa el idioma puesto que, excepto las reglas, no hay ningún otro texto en el juego. Se puede comprar por unos doce euros.
Los jugadores se meterán en la piel de un grupo de condes reunidos en un viejo castillo, pero uno de ellos es un vampiro y entre todos deberán descubrir quién es y terminar con él antes de que éste los mate a todos noche tras noche. Los jugadores son el 80% del juego, de mecánicas y reglas muy sencillas permite jugar a toda la familia.
La principal diferencia de este juego respecto a su hermano mayor radica en que omite la fase de negociación y, a cambio, introduce unas cartas que representan a la mafia (simulan ser un jugador ficticio) contra las que tendremos que competir, tanto si jugamos en solitario como en pareja.
Aquí encontramos un juego cooperativo de dos a cuatro jugadores, aunque es perfectamente jugable en solitario llevando varios personajes. La temática es atractiva, el mundo se está viniendo abajo por culpa de cuatro enfermedades contagiosos que se extienden a lo largo del planeta, nosotros como expertos debemos encontrar las cuatro curas.
Francis J. Tumblety, detenido en Londres como sospechoso en el caso de "Jack el destripador", huye a Nueva York tras ser puesto en libertad bajo fianza, donde continuarán los crímenes de Jack y la policía solicitará entonces la ayuda de algunos ciudadanos para su captura, aunque Jack se esconde bajo la identidad de uno de ellos.
Al abrir la caja del juego, que por cierto es muy cuca, veremos un tablerillo (impreso a doble cara), cartas, tokens de cartón, cubitos en cinco colores, y el manual de reglas. Pues en este juego no han perdido tiempo siquiera en hacernos una introducción a un mundo ficticio ni nada por el estilo. Aquí cada jugador intenta extender sus ejercitos (sí, los cubitos) todo lo que pueda por el mapa.
Cada jugador tomará el papel de uno de los exploradores y su objetivo será ser el primero en alcanzar el Polo Sur. Para ello el juego utiliza un sencillo sistema de gestión de la mano. Para apoyar el motor de cartas disponemos de un tablero que representa la ruta que siguieron nuestros aventureros para lograr su objetivo.
Seremos cocineros compitiendo por el título de Itamae-san (maestro del sushi). Utilizaremos los ingredientes disponibles para preparar recetas más innovadoras, ¡complejas y con más estilo que nuestros rivales! Cada jugador, por turnos, colocará un ingrediente sobre el tablero para realizar una combinación de ingredientes que se corresponda con una de las recetas.
Éste es un juego para dos a cinco jugadores a partir de ocho años en el que un puñado de avestruces hacen una carrera y los jugadores tienen que lograr que lleguen en un orden concreto. Algo así como una copia de "Carrera de Tortugas" y el "Monza" pero con un par de detalles más.
"Viernes" se basa en el personaje de Robinson Crusoe y su compañero Viernes, siendo este último el que representará el jugador, tratando de ayudar a Robinson a sobrevivir en la isla y poder salir de ella. El jugador parte con veinte puntos de vida y la mecánica del juego radica en la construcción de mazos.