Amigos, crear un negocio no es fácil... Son muchos los tropezones y los dolores de cabeza hasta que ya por fin parece que está en marcha. Nosotros admiramos a la gente valiente que empieza de cero, que apuesta, arriesga, que se ilusiona, a aquellas personas que plantan cara a la vida y persiguen sus sueños.
La temática del juego ya se intuye por el título. Se trata de un encierro, dividido en cuatro carreras o tramos del recorrido, en el que tendremos que controlar tanto a nuestro corredor, como a un toro y novillo de nuestra ganadería. Gana el juego quien más puntos haya conseguido al final de las cuatro carreras. En cada una, lo primero será colocar los novillos, los toros y los corredores.
El tema del juego (que está pegado) es el mercadeo de piedras preciosas. Nos convertimos en mercaderes del Renacimiento que utilizan su riqueza para adquirir minas, métodos de transporte y artesanos que permitirán transformar bastas piedras en magníficas piezas de joyería. El principal componente del juego son las cartas.
Se trata de un euro en el que aunque no se colocan trabajadores, es importante gestionar y optimizar nuestros recursos. No es nada innovador en sí mismo, aunque tiene algunos mecanismos que van bastante bien. Destaca la elección del orden del juego, que se elige al principio de cada turno, y que con los multiplicadores que hay hace que sea muy caro mantenerte arriba durante muchos turnos.
Los componentes son buenos, el cartón se destroquela normal (con cuidado y buena letra), y la caja se adapta perfectamente a ellos; compacta y sin aire en exceso, no se le puede pedir mucho más. Destacan los planetas, de troquel grueso, aunque también hay cartas y algunos cubitos, y por supuesto, el contador de dinero (puntos de victoria).
De los estrenos más sonados de Feld parece que, al menos desde el punto de vista de componentes, es uno de sus proyectos más ambiciosos: caja enorme, mucho troquel, diseño bonito y a falta de dados... ¡una cube-tower! Y es esto último lo que marcará la principal mecánica del juego, ya que cada turno, se irán echando de modo sucesivo los cubitos de un color a la torre.
Targi es un juego pequeño que ya ha tenido ediciones en varios idiomas. El juego tiene una fuerte dependencia con el idioma, y a no ser que se quiera estar todo el rato mirando alguna chuleta o tradumaquetar las cartas, recomendamos hacerse con la edición en castellano si se está interesado en el juego.
En un circo lo importante es el dinero, especialmente el sagrado dinero que se usa para pagar a los magos. O bueno, aparte de magos, también hay otros artistas: los malabaristas, los acróbatas, los domadores y los forzudos. En total, cinco categorías, pero bueno, casi podíamos decir magos y no magos. ¡A ver si un malabarista hace aparecer una paloma de la nada!
Somos los que vamos a ser quemados, atados, golpeados y pasados por la espada. Éste es el juramento del gladiador. Esto es lo que somos. Los hijos de Némesis, aquellos a los que la justicia de los hombres ha condenado a luchar hasta la muerte en el foso, y en coliseo. Cuando morimos, cumplimos nuestra pena. Cuando matamos, somos el brazo de la ciega justicia.
Es muy curioso, y digno de mención, que es uno de los pocos casos que conocemos en los que la editorial se ha lanzado a hacer las ediciones en muchos idiomas del mismo juego. Hay casos en los que se hace una única edición que incluye las relgas y componentes en varios idiomas, y en algún caso una compañía lanza la edición de un eurogame o similar en varios idiomas distintos.
Mi primer día de trabajo, el sueño de mi vida, el doctor vino a vendernos un ventilador gigante. Cuando lo activó, se me cayeron los pantalones delante de todas las compañeras. Sólo por eso merece morir, una vez más. El día que logré quedar con Mary, el doctor le regaló una pildora de la felicidad. Estuvo llorando toda la noche, y nunca más quiso saber nada de mí.
Lejos de las novedades, en esta reseña nos dedicamos a un juego que data de 1996, en donde tenemos que tentar a la suerte, sortear al resto de los habitantes de la casa y matar con saña al doctor... ¡Pero sin dejar huella! ¿Tenéis instinto para matar? En general tiene componentes de muy buena calidad.
Nos encontramos con una caja de calidad, y grande. El interior se divide en tan sólo dos compartimentos, y aunque sería complicado el conseguir compartimentos suficientes para todos los tipos de piezas que hay, se habría agradecido una mejor separación. Ésto lo suplen con la introducción de bolsas zip, con dos sacos de textura aterciopelada, y con traer las figuras de plástico dentro de una cajita de cartón.
La clave de la pintura está en el manejo del color... Sólo con los colores adecuados podrás hacer hablar la estampa. Por ello, lo primero es vislumbar qué se quiere transmitir, para dejar fluir la luz. Cada cuadro que quiero imitar necesita unos colores, y dependiendo de la dificultad de la hazaña de que vuelva a ser pintado, tendrá mayor o menor valor en mi galería.
Los componentes son preciosos, y además, de muy buena calidad. Ya solo la caja destaca por su peso y solidez; al tenerla entre las manos uno siente el peso de la calidad. De tamaño intermedio, se hace querer en las estanterías. El interior trae compartimentos para los componentes, y una bolsa zip para tener los hexágonos en la zona central; está muy bien y no da excesiva sensación de aire.
Hemos querido analizarlo un poco, leer las instrucciones e investigar comentarios y opiniones de gente que ya lo haya probado. Por ello, el objetivo de esta entrada es desmenuzar y dar a conocer, aunque sea desde la ignorancia, este juego que, curiosamente, no lleva dados. Estamos ante un juego de mayorías, en el que disponemos de cartas y edifcios.
Un juego de colocación de trabajadores ambientando en Oceanía, en el que podemos (¡y debemos!) bloquear las acciones del resto de jugadores. ¿Os suena esta mecánica y ambientación? Sin embargo, este juego pese a llevar más de dos años publicado, no ha tenido mucho eco y no será porque no es un juegazo.
Éste es un señor juegazo, que hemos podido disfrutar (siempre en partidas de dos jugadores) gracias a un amigazo que se lo ha comprado y nos lo ha prestado, para estas primeras impresiones (y eso que el juego estuvo en nuestro salón antes que en sus manos... Siempre podremos no devolvérselo...
Amigos, si no has nacido para hacer el mal, ni lo intentes. ¡Maldito dinero! ¡Maldita avaricia! ¡Maldito Cash! ¡Maldita conciencia que me refríe entre las rejas de este habitáculo al que me ha llevado mi ambición! Tenía una familia. Tenía una reputación. Tenía unos valores... Ahora no tengo ni dignidad, y si pierdes la dignidad, no te queda nada...
Colaboración y traición. Estos son los ingredientes de una apasionante lucha por ver quién burla la seguridad y escapa de prisión. No todos podrán conseguirlo... ¡Os lo contamos! En cuanto a la temática de cárcel y escapar nos recuerda a "Fuga de Colditz", cada uno a su estilo. También habrá necesidad de escapar antes de que sea tarde en "Android: Infiltration".
En el reino, las hormigas han decidido parar sus innumerables combates y decidir la suerte de las distintas familias a una batalla final; nosotros, como jugadores, tomamos el papel de un hormiguero que lucha contra otros (hasta cuatro por partida), por hacerse con el control de un jardín, con hongos, agua y otros insectos.
Los componentes del juego desde luego que son uno de sus puntos fuertes. El diseño de la caja es bonito, aunque por dentro solo hay cartón: un compartimento, un par de bolsas zip, y todo al mogollón. ¿Y qué nos encontramos dentro? Nos encontramos con bastantes tokens de calidad, que se destroquelan bien, coloridos y bonitos (objetivos, ferormonas, insectos,...).
Intentaremos conquistar el corazón de la princesa con el poco loable objetivo de mejorar nuestro poder y riqueza. Para ello, contactaremos con distintos personajes de la corte real, que nos ayudarán a entregar a la princesa una carta de amor. Una vez que la princesa haya recibido suficiente cartas de amor, su corazón quedará entregado...
En la edición que nosotros tenemos sólo vienen las cartas y el manual. Las cartas son de calidad estándar-buena, con un toque plastificado al tacto, y aunque no necesitarían teóricamente funda, recomendamos aún así enfundarlas, ya que el más mínimo desperfecto puede ocasionar que reconozcas alguna carta, quitándole toda la gracia al juego. ¿Cuántas cartas hay? ¿Sesenta? ¿Ciento cincuenta? ¿Doscientas? Pues nada de eso amigos, estamos ante un juego ¡de dieciséis cartas!