Llevaba chorrocientos años (por exagerar un poco) con la curiosidad por ese conocido juego. Pero cada vez que lo veía entre que de aspecto no me decía nada, que lo definían como "Monopoly" (y yo decía ¿para qué comprarme otro "Monopoly" si ya tengo uno?) y que en mi opinión es un juego que debería costar menos... al final siempre lo dejaba pasar.
En un principio Robinson es un tipo bastante patoso y poco hábil, cualquier tarea por muy sencilla que parezca puede acabar en tragedia, además a medida que pasa el tiempo nuestro protagonista va envejeciendo, por lo que sus capacidades también se verán menguadas. Nuestro día a día pasará de aventurilla en aventurilla.
¡Y qué juegazo! A lo largo de las distintas campañas iremos abordando naves plagadas de aliens y cosas peores. Un grandísimo juego que habla de la década de los ochenta y más concretamente de los ochenta de MB por todos sus poros ¡Y eso que es del noventa! Pero desde el momento en el que abráis la caja me entenderéis.
Los jugadores irán construyendo una civilización intergaláctica, jugando cartas que representarán los planetas y desarrollos que conformarán su imperio y proporcionarán los valiosos puntos de victoria necesarios para ganar la partida. Como indica el nombre en su versión inglesa, es una carrera vertiginosa por ser el jugador que más puntos obtiene.
Al principio de la partida se reparten tres cartas a cada jugador y se disponen ocho cartas en el centro de la mesa que harán la función de bosque. Solamente las dos que se encuentren a nuestros pies podrán ser recolectadas, pero de todas formas si disponemos de bastones, éstos nos permitirán adentrarnos más en el bosque y podremos coger alguna de las que ahí se encuentran.
Versalles, corte de Luis XIV. Alrededor del Rey Sol se sitúan los distintos personajes de la corte representados por losetas, colocados según el grado de proximidad al monarca y formando una cuadrícula. Estos personajes nos pueden conceder favores (valiosos objetos, dinero o puntos de prestigio) si somos capaces de ejercer suficiente influencia sobre ellos.
Los componentes son buenos, y escasos; el juego únicamente se compone de ciento diez cartas (de diversos tipos obviamente) y cincuenta cubitos para usarse como contadores de vida, y que son de plástico. Más de un eurogamer se habrá echado las manos a la cabeza al no ser de madera. Yo en general prefiero la madera, pero en mi opinión no desentonan en absoluto.
Volvemos a estar ante uno de esos juegos que requieren de un mínimo de preparación para poder empezar a jugarlo. Elegimos el personaje que vamos a usar y le ponemos las cosas que requiera. Abrimos el tablero, colocamos la ficha de caza y nuestros personajes en su posición inicial. Luego barajamos los distintos mazos de carta y los colocamos en sus posiciones.
Nos hacemos cargo de una de las múltiples razas, con sus habilidades especiales y todo, que incluye esta pequeña gran caja. Al final de la partida la raza con mayor número de puntos será la raza vencedora. La verdad que en cuanto a componentes el juego viene muy completo, muchas razas y territorios, cantidad de minimeeples y todo en caja pequeña. Chapó.
Nuestro objetivo será el de conseguir alzarnos con el dominio de la ciudad en una lucha constante mediante nuestros capos y secuaces contra las demás familias para tomar el control de los negocios y barrios emblemáticos de Nueva York. Pero lograr nuestro objetivo de ser la familia más poderosa de todas no será fácil.
Hoy os mostramos los componentes de la primera edición multilenguaje por Schmidt Spiele de un juego de mesa de Reiner Knizia, ilustrado por Eckhard Freytag. Portada y trasera de la caja. Interior de la caja. Fichas de colores. Tablero de juego, cara A. Tablero de juego, cara B. Atriles para las fichas. Bolsa de tela y marcadores de puntuación.
¡Ya estamos aquí listos para volver a la carga! Vamos a lo que vamos... ¿Lo conocéis? Es un juego que si bien no trae unas reglas impresionantes, el número de minis que lleva la caja y su precio lo compensa. Yo soy de los que dicen que con este juego lo que estás pagando son minis con unas reglas.
Hoy os mostramos los componentes de la primera edición multilenguaje por White Goblin Games del juego de cartas para dos jugadores diseñado por Michael Palm y Lukas Zach, e ilustrado por Dennis Lohausen. Además, aprovechamos para publicar la traducción del reglamento que hemos realizado, añadiendo el enlace de las reglas en español en la sección del blog.
Aquí ha levantado medio, medio, pero ha terminado virando a un día de esos geniales para chimenea, más juego, más picoteo. Y la verdad es que apetece este juego como ningún otro. No sé si lo conoceréis o no, aunque una vez más me cuesta muchísimo imaginar que no sea así. Eso si: yo al menos no tenía ni zorra hasta hace muy poquito de que existiera la versión ampliada.
Un juego para tres a cinco jugadores, los cuales se pondrán en la piel de cultistas que luchan entre sus sectas para ser ellos los que dominen la ciudad de Kingsport gracias a la ayuda de los dioses primigenios. A lo largo de la partida los jugadores deberán expandirse por la ciudad para aumentar su dominio en ella, pero un pequeño grupo de investigadores se encargará de intentar impedirles sus planes.
Cada turno comienza con los jugadores tirando sus dados, que presentan diferentes símbolos que se corresponden con las posibles acciones del juego: obtener nuevas losetas de planeta o tecnología, colonizar esos planetas, desarrollar las tecnologías, producir mercancías en nuestros planetas y, por último, vender dichas mercancías para obtener dinero y/o puntos de victoria.
Muchos (no tantos) me habéis pedido el tutorial de este juego, pero sin duda estaréis conmigo en que con el primer unboxing no podía dejar este juego listo y empezar a explicarlo. ¿Razón? ¿Un barco desmontado es un barco? Entonces... ¿un árbol también es un barco? Así que se me ocurrió hacer un vídeo extra de este juego para darle a los buques la importancia que merecían.
Los componentes son muy buenos, tanto el tablero principal como los tableros pequeños; y las fichas son de un cartón excelente; las cartas son resistentes (aunque yo siempre enfundo); y los diseños e ilustraciones tanto de las cartas como de los tableros son muy vistosos y de calidad. El reglamento es la quintaesencia de los reglamentos, viene en dos partes.
Cada jugador parte con un mazo predefinido de cartas de una determinada facción o raza fantástica (Imperiales, Sylvanos,...), con cartas y características propias, y las fichas y las criaturas del juego están clasificadas en tres niveles: básicas, mejoradas o legendarias. En su turno el jugador dispone de dos acciones con las que colocar fichas sobre el tablero o jugar cartas de su mano.
Hoy os mostramos los componentes de la primera edición en inglés por Game Salute del juego de mesa de Scott Almes e ilustrado por Brett Brooks. Además, aprovechamos para publicar la traducción del reglamento que hemos realizado, añadiendo el enlace de las reglas en español en la sección del blog.
De nuevo aquí estamos una semana más, aunque en esta ocasión para traeros el unboxing de un juego que me extrañaría muy mucho que exista alguien en la Tierra... (¡Que digo la Tierra! ¡El universo!) que no lo conozca. Para los que hayáis seguido mi trayectoria os acordaréis de que en su día ya subí un vídeo sobre este juego.
Os he terminado subiendo también este vídeo; más que nada porque ya lo tenía hecho. Pero no os preocupéis que también os subo el vídeo bajo la misma línea que tiene últimamente mi canal. Bueno ¿Qué me decís? ¿Sois de esos terrícolas que con fortuna o sin ella han jugado a este maquiavélico juego de preguntas? ¿O más bien sois extraterrestres de la Enterprise a la que aun no había llegado este juego?
Si por algo destaca este juego por encima de otros juegos actuales es por el uso de una aplicación móvil. Exacto, para jugar a un juego de mesa necesitaremos descargarnos a nuestro dispositivo una aplicación sin la cuál seria realmente engorroso jugar, pues la posibilidad de hacerlo existe y viene perfectamente bien explicada en el manual.
El juego es un abstracto como un castillo de grande. No obstante, es de esos juegos al que (en mi opinión, claro está) han tenido todo el arte del mundo escogiéndole un tema, ya que genera buen cachondeo, o al menos eso ha pasado en las partidas que le he jugado. En resumen, me parece una buena adquisición. Triunfará sí o sí cuando se juegue con un público joven.