Muy buenas muchachada, hoy os traigo un tutorial y una partida de un sencillo juego para dos jugadore. Éste es un juego de mesa de Paco Gómez e ilustrado por Paco Dana que ha sido editado en España por la editorial Tranjis Games.
Hola buenas. Aquí, desde D.a.Dos, vamos a presentaros esta joyita. Uno de los mejores juegos para empezar y para parejas en general, desde nuestra humilde perspectiva. Así que queríamos hacer, lo más breve que hemos podido, un vídeo para explicar un poco cómo se juega. Es muy, muy sencillito y la verdad es que es uno de nuestros juegos favoritos.
Cambiamos de plano y os enseñamos en más detalle el cómo se juega. Hecho el cambio de plano, en primer lugar lo que vamos a hacer es preparar la partida; y para preparar la partida tenemos que montar la caja. Lo primero que vamos a hacer es coger estas dos largas y ponerlas así en diagonal; luego, encima, ponemos el tablero de juego.
No sé si lo sabéis, pero este juego no tiene modo solitario. Para jugar a este juego en modo solitario lo único que yo personalmente creo que hay que incluir es un dado de seis caras y el setup inicial es como el de dos jugadores; porque sabéis que este es un juego a dos jugadores. Colocamos dos tripulantes de cada tipo en cada sección del barco.
En el juego clásico siempre fue muy influyente la suerte con los dados y eso era algo que no a todo el mundo le gustaba. Es más, yo mismo os confieso que a más me meto en el mundillo de los juegos de mesa... menos me gusta que el azar sea excesivamente importante como ocurría en el clásico, porque terminas tirando dados o cogiendo cartas por tirar/coger.
En este juego añaden que además de reclutar tropas, podamos pillar naves que nos den bonificaciones (muy necesarias para algunos casos), o incluso usar las cartas conseguidas para protegernos mejor o fastidiar al resto de jugadores. Y bueno, yo creo que con todo os hacéis una idea de cómo funciona porque, como siempre digo: una imagen vale más que mil palabras.
¿Y cómo se destruye un virus? ¡Con un antivirus! En el transcurso de la partida, conforme vayas explorando las salas, irás encontrando tarjetas que te abrirán el acceso a nuevas salas, antivirus (cuando tengas los tres, podrás ir directo a chamuscar a Omega), robots (que te dan una especie de turno extra),...
La preparación era más grande de lo que yo recordaba, porque hace ya un tiempecillo que no lo toco, y se me ha vuelto todo loco. Normalmente, cuando yo juego en solitario a un juego de este estilo, en el que todo funciona por cartas, reparto las cartas y simplemente cojo cartas al azar y miro. Pero en este caso he cogido una versión en solitario que hay en Internet.
Sabéis que este juego no tiene modo solitario; y si no lo sabéis, os lo digo yo. Vamos a jugar, no sé si lo habéis jugado. En principio, tentgo que decir que cuando me llegó este juego pues visualmente no me convenció mucho; pero fue probarlo y... ¡amor! Fue brutal. También tengo que comentaros una cosa; y es que es un juego para gente que se pique.
Es una cosa que se me ocurrió; que básicamente consistía en ir incorporando enfermedades a lo que es el juego. Empezamos una por una, hasta que ha llegado el momento en el que hemos pasado por las cuatro enfermedades: la malaria, el cólera, la fiebre amarilla y el tifus... Y llega el momento épico en el que hay que poner todas las enfermedades en marcha.
No sé si no conoceréis o no... esto ya lleva... no sé en qué año salió, la verdad, no me acuerdo... ¡2016! Osea, lleva ya un par de añitos en el mercado; pero a mí es un juego que me encantó porque lo vi crecer; y además fue la primera editorial que confió en mí para que hablase de su juego dentro del canal. Una de las cosas que me gustó de este juego fue este toque tan retro.
Tenemos el reloj; el problema del reloj es que vosotros no lo vais a esta viendo porque es una cámara cenital. Podía poner el reloj ahí, a tomar por saco, y que lo viéseis con esa cámara, pero entonces yo no lo vería, y sabéis que la gracia de este juego está precisamente en el reloj. Vamos a poner aquí... ¿cómo lo ponemos...? Vamos a ver...
Hoy me véis muy bien rodeado... Hoy vamos a explicar, como siempre, un jueguecillo y vamos a echar una partidita. ¿De qué vamos a hablar hoy? Pues hoy vamos a hablar de un juego de la "Doble K lúdica": Wolfgang Kramer y Michael Kiesling. Con éste tenemos un juego, una baraja típica de naipes, con cartas del número uno al trece.
Tras elegir escenario, gremio y personajes, cada equipo se coloca en su zona inicial. Tendremos que ir abriendo y cerrando puertas, desplazarnos por el tablero matando a los enemigos de Arcadia e incluso por qué no... también a los miembros de otros gremios. Después de todo, eso también puntua. Eso sí, cuidado porque los secuaces del mal se pueden enfadar e ir a por ti.
Un juego de ir cumpliendo misiones que mejora cuando se juega en el modo campaña, más que nada porque entre escenario y escenario, se te permite hacer compras con el dinero que hayas podido ir ganando en la/s mision/es anterior/es. Aunque dentro de la propia partida hay misiones que si completas te darán determinadas cosas también.
Como juego, a mí no me llamaba especialmente la atención porque tenía la sensación de que tampoco es que aportase nada nuevo. Juegos cogidos desde el punto de vista de la coña ya los hay (véase "Krosmaster Arena" y "Krosmaster Quest"). Juegos de temática similar también los hay. Juegos con minis curradas...
Nunca hubiera dicho que tener fichas de distinta tonalidad para un mismo jugador pudiera ser una ventaja. Lo cierto es que cuando abrí la caja desde el total desconocimiento pensé: ¿Porque todos los edificios tenían un color, pero los caballeros tienen otro? Por suerte el tiempo aunque no hayan pasado lustros, trae la sabiduría...
El arte es estupendo y aparentemente el cartón es de buena calidad. Estamos ante un juego en el que el objetivo es conseguir más puntos que nadie. No será fácil, pero la recompensa lo merece: ser el rey. Una vez creamos el mapa (que cambia en cada partida) cada jugador va colocando sus unidades iniciales por el tablero procurando que estén colindantes a los lagos ya que esto nos dará cierta ventaja.
Eres un influyente barón que prospera en los límites del imperio. Recluta ejércitos de caballeros para expandirte a tierras más fértiles. Protege tus fronteras construyendo impresionantes ciudades y fortalezas inconquistables. Demuestra tu supremacía, alardea de tu poder y conviértete en rey.
Volvemos de nuevo por estos lares a hablar de un juego que no es mío y que por eso, como es habitual en las ocasiones en las que un amigo se viene con su juego a grabar, no os voy a dejar ni unboxing, ni tutorial. Aunque tampoco creo que haga mucha falta ni lo uno ni lo otro puesto que es del 2004 y por un lado son sólo cartas y por otro... con el gameplay os va a quedar más que claro el funcionamiento del mismo.
Estamos ante un juego con el que el mero hecho de darle una visual ya va a suponer una delicia total para muchos de nosotros. Y es que le han dado ese aire ochentero típico de cualquier videojuego de carreras de nuestra infancia. Eso sí, tratado con mucho mimo y si no... fijaos en ese sanote Toro de Osborne. Por otro lado incluso los dados tienen el adorado toque pixelado.
Con la ayuda de los piratas más peligrosos del mundo, Roth se dispone a mandar al conde vampiro Noctilus a una tumba acuática. Pero el conde cuenta con sus propios aliados, cada uno de ellos a la cabeza de un gigantesco barco de guerra. Así comienza nuestro viaje... si os atrevéis a embarcaros en este juego de mesa.
Un juego que al abrirlo vemos que necesita de un montaje serio... no puede conformarse con una simple y superficial visual. Es por eso que tras montar todo lo que traía la caja e inventarme un sistema da cajones para guardarlo, he decidido haceros un nuevo vídeo para que veáis cómo ha quedado el resultado.
Admito que me dio algo de reparo comprármelo porque vi bastantes reseñas y comentarios realmente malos sobre el mismo y... bueno, no son tres pelas las que uno se iba a dejar en él. Pero como soy cabezota y algo me decía que el juego era justo lo que pensaba que era... lo pillé... ¡Viva la cabezonería!